Thor decidió viajar a Jötunheim, tierra de gigantes, para medir sus fuerzas con Utgardaloki, y se llevó con él a Loki y a un esclavo humano llamado Tialfi. Una vez llegaron allí, el gigante expresó su decepción al ver a Thor, pues esperaba que el dios fuera más grande. Luego les hizo saber que únicamente podrían permanecer allí si eran capaces de descollar en algún juego o destreza.
El primero en ofrecerse fue Loki, quién participó en una competición de comida contra Logi, uno de los gigantes. Loki logró comerse toda la carne que le pusieron delante, pero el gigante devoró la carne, los huesos y hasta la tabla en que se sirvieron. A continuación, Tiafi tuvo que competir corriendo con un jovencito llamado Hugi, pero perdió tres veces consecutivas.
Entonces, Utgardaloki decidió retar a Thor a vaciar de un solo trago un gran cuerno. Tras dar 3 enormes sorbos, Thor descubrió que el nivel de la bebida apenas había bajado. A continuación el gigante le preguntó si sería lo bastante fuerte para levantar del suelo a su gato. Thor apenas logró alzar del suelo una de las patas del felino gigante.
Frustrado, Thor se ofreció a luchar contra cualquiera en el salón del gigante. La respuesta de Utgardaloki fue que, en vista de la endeblez de Thor, solo le permitiría pelear contra su nodriza, una anciana llamada Elli. Cuando esta obligó a Thor a hincar la rodilla, el dios creyó que había perdido su fuerza por completo.
Cuando los tres deprimidos visitantes se disponían a abandonar su morada, Utgardaloki les reveló que todo lo que habían experimentado era una ilusión. Loki había competido con el fuego, que todo lo consume; Tialfi había corrido contra el pensamiento, cuya rapidez no se puede igualar; el cuerno de Utgardaloki llegaba hasta el mar, y Thor había bebido tanto como para crear las mareas; el gato era en realidad la monstruosa serpiente de Midgard, un ser tan enorme que circundaba el mundo entero, y Thor la había levantado casi hasta el cielo; finalmente la anciana Elli era la vejez, aunque la edad puede doblegar a cualquiera, solo había logrado que Thor hincara la rodilla.
Como Utgardaloki explicó, los gigantes estaban tan asustados por la fuerza de Thor que solo habían podido enfrentarse a él mediante el engaño. Furioso, Thor alzó su martillo, pero antes de que llegara a golpear al gigante, este había desaparecido. Él también había sido una ilusión.
La percepción es la forma en que vemos y entendemos lo que sucede a nuestro alrededor, y lo que decidimos que esos hechos significan. Nuestras percepciones pueden ser una fuente de fortaleza o gran debilidad. Si somos impulsivos, subjetivos y miopes, sólo contribuiremos a nuestros problemas. Para que el mundo que nos rodea no nos abrume debemos aprender a limitar nuestras pasiones y el control que ejercen sobre nuestra vida, tal como hacían los antiguos.
Los estoicos llamaban a las primeras impresiones que recibíamos “phantasias”, las cuales a veces eran un buen reflejo de la realidad pero con frecuencia no. Por eso, antes de aceptarlas debemos cuestionarlas, tratándolas como hipótesis y no como hechos. Al examinar esa primera percepción la podemos cambiar, adoptando así una perspectiva más productiva de nosotros mismos y del mundo que nos rodea. Y con una respuesta más clara, tu respuesta será más acertada. Las impresiones no examinadas son el origen de muchas emociones exageradas, de ahí la importancia de adoptar esta práctica. Al forzar esta “pausa estoica” ante una percepción lograremos una mayor tranquilidad mental y mejoraremos nuestras decisiones. Recuerda que el estoicismo no es algo que se estudia, es algo que se practica cada día.
Para los estoicos, el origen del problema no está en el evento externo, sino en nuestra interpretación y respuesta interna. Recomendaban siempre adoptar una perspectiva más productiva, cuestionando constantemente estas primeras impresiones. La capacidad de interpretar nuestros pensamientos y emociones como hipótesis, en vez de como hechos, es quizás la mejor herramienta mental para ver el mundo con claridad. Al explorar y cuestionar nuestras impresiones iniciales podremos ajustarlas a la realidad, evitando actuar de manera irracional.
De ti depende dar validación a esos pensamientos que todos tenemos, o bien ponerlos en tela de juicio. La batalla por mejorar es una encarnizada lucha diaria contra ti mismo y tus ideas preconcebidas, ideas que tendrás que cuestionar una y otra vez hasta romper las viejas estructuras de pensamiento que te han atrapado en la situación en la que estás ahora. Date cuenta de ese apego mental a ciertas ideas y de tu resistencia interna a otras que chocan con ellas. Así es como el estoicismo puede ayudarte, convirtiéndote en un continuo analista de tu mente.
Los estoicos hacían mucho hincapié en el hecho de prestar mucha atención a nuestras percepciones. Para ellos la vida es un viaje de autodescubrimiento continuo en una escucha y percepción atenta de nuestras emociones, no para reprimirlas, sino para poder gestionarlas a nuestro favor y que no sean ellas las que nos dominen a su antojo. Hacer hincapié para convertirnos en hábiles gestores de nuestra propia mente y así ser capaces de controlar nuestros pensamientos, de proteger la emoción, liberar la creatividad y liderar nuestro camino desde la calma. Si somos capaces de dominar nuestra mente, impulsos y deseos podemos sentirnos en calma bajo la tormenta, felices ante desgracias y libres entre cadenas.
Añadir comentario
Comentarios