¿Cómo veían los estoicos la adversidad?

Publicado el 19 de abril de 2025, 23:31

La adversidad es inevitable, es parte inherente de la vida. Huye lo que quieras que finalmente acabará encontrándote. Es sólo a través de la adversidad que puedes conocer de lo que eres capaz, y no hay mayor satisfacción que la de descubrir tus fuerzas a través de un gran desafío. Por eso los estoicos no solo aceptaban la adversidad, sino que la amaban, pues cada reto de la vida era una oportunidad para poner en práctica lo que había aprendido, para fortalecer su virtud, para dominar el arte de vivir. En su obra "Sobre la Providencia", Séneca escribió:

 

"Ser siempre feliz y pasar la vida sin ninguna punzada en el alma equivale a ignorar la mitad de la naturaleza. ¿Eres valiente? Pues como lo sé yo, si la suerte no te da la oportunidad de demostrar tu virtud. Has bajado a los campos olímpicos pero no tuviste adversario. Tienes una corona, pero no una victoria."

 

La virtud se marchita sin oponente. La adversidad es necesaria para entrenarnos. Por ese motivo Epicteto enseñaba a sus alumnos a mantener esta mentalidad ante la vida:

"¿Qué debe decirse uno ante cada dificultad? Para esto me entrenaba, para esto me ejercitaba."

 

Te preparas para la vida. Te mejoras como persona para afrontar la vida de una mejor manera, para disminuir tu propio sufrimiento y el de los tuyos. Esa debe ser la actitud de una persona fuerte. Séneca lo definía de este modo:

 

"Tranquilo y calmo ante las circunstancias que lo acometen. Todas las circunstancias las toma como entrenamiento."

 

Que el sufrimiento sea inherente a la vida humana es algo que lleva transmitiéndose durante miles de años en las diferentes culturas, religiones y filosofías. Para el budismo, por ejemplo, el sufrimiento es la verdad universal. Los estoicos decían que "vivir es asunto de guerreros". En palabras de Musonio Rufo:

 

"Los humanos adquirimos todas las cosas buenas mediante el dolor. La persona que no está dispuesta a soportar el dolor se condena a sí misma a no ser digna de nada bueno."

 

Lo bueno de todo esto es que tienes la majestuosa capacidad de elegir tu sufrimiento. Puedes sufrir por cosas que escapan de tu control, por perseguir placeres banales, por la opinión ajena, por desear y desear sin medida o, por el contrario, puedes sufrir por algo que verdaderamente merezca la pena. Para los estoicos el mejorarse como persona era el primer motivo para no sufrir innecesariamente, ya que la excelencia humana es la cura del sufrimiento, no se alcanza pero caminar el sendero da frutos, los frutos más dulces que te puedes imaginar. Hércules fue el héroe mitológico más admirado por los filósofos estoicos, pues su vida encarna la creencia de que es más gratificante enfrentar las dificultades de manera voluntaria y cultivar la fortaleza del carácter que tomar la opción fácil y abrazar una vida llena tan solo de comodidades y placeres. Para ellos el relato de Hércules simboliza el reto épico de decidir quién queremos ser realmente en la vida. Epicteto escribió:

 

“¿Qué piensas que habría sido de Hércules si no hubieran existido monstruos como el León de Nemea, la Hidra, la Cierva de Afrodita, el Jabalí de Erimanto y todos los hombres injustos y bestiales que enfrentó, expulsó y de los que limpió el mundo?”

 

Y tú, ¿qué crees que hubiera hecho con toda su fuerza, resistencia y valor? Exacto, no habría hecho nada y por tanto no se habría convertido en Hércules. A pesar de tener todo para la grandeza, la fuerza suficiente para enfrentar grandes desafíos, no habría llegado a vencer sobre nada. Habría sufrido la angustia de alguien que sabe que es capaz de las mayores empresas, pero que ha decidido resguardarse en la comodidad. Y saber que eres capaz de conseguir grandes metas pero evadirlas por falta de voluntad es el mayor castigo de todos. Antes de convertirse en leyenda y cambiar el mundo,  Hércules tuvo que enfrentarse a su destino. En el momento de tomar la decisión que camino tomar, la diosa Areté le dijo estas palabras:

 

“Nada realmente bueno y admirable es ofrecido por los dioses a los humanos sin esfuerzo y dedicación.”

 

No puedes eliminar el sufrimiento de tu vida, pero si puedes fortalecerte ante él, incluso darle la bienvenida. Así que, ¿por qué seguir sufriendo inútilmente? Elige algo bueno que perseguir y todo el sufrimiento lo tomarás como algo superfluo, lo verás como lo que es, necesario para conseguir algo verdaderamente valioso, lo amarás como la puerta que abre el paraíso. Ello no implica que buscarás el sufrimiento, más bien, que lo recibirás con un ánimo alegre en cuanto llegue. Séneca decía que:

 

"Es una disposición excelente soportar lo que no se  puede enmendar."

 

Tropezarás, caerás, pero la fortaleza reside en volver a levantarte. En la vida, el fracaso es precursor del éxito, en el caos reside la oportunidad, es el punto blanco dentro del yin. Es la adversidad la que nos forja como mejores personas. Sin retos nos pudriríamos en la comodidad. Igual que un músculo se atrofia sin ejercicio, así la virtud se marchita sin oponente. Para el emperador Marco Aurelio el fuego simbolizaba la capacidad de convertir las adversidades en fortaleza. Al igual que el fuego se nutre de todo lo que se le arroja, nosotros debemos aprender a utilizar las dificultades y los desafíos como combustible para crecer y fortalecernos. En sus famosas Meditaciones escribió:

 

"La mente toma frente a los acontecimientos una actitud tal que pueda en todo momento modificarla sin esfuerzo ni pesar. Cuando tropieza con algún obstáculo hace de éste un motivo de ejercicio y, como el fuego, se apodera de todo lo que encuentra a su paso, consume todo lo que se le echa y sus llamas crecen a mayor altura."

 

Simplemente usa en tu beneficio los obstáculos que la vida te depare y mejora a pesar de ellos, gracias a ellos. No temas más, por el contrario, anímate y espera con ansia la siguiente batalla. Será tu forma de afrontar las adversidades lo que determinará si te hundes o creces. Tú y sólo tú tienes el poder de volverte más fuerte. Recuerda que no hay rosas sin las espinas. No existe atajo alguno para todo lo que verdaderamente merece la pena en la vida.

 

Añadir comentario

Comentarios

Todavía no hay comentarios